top of page

Capítulo 2. Creación de las razas.

Einhasad era la Diosa de la Creación y creó formas usando su propio espíritu. Sus hijos usaron su propia energía para crear vida a partir de estas formas. Shilen infundió el espíritu del Agua en la primera forma. Así fue como se creó la raza de los Elfos. Paagrio infundió el espíritu del Fuego en la segunda forma. Así fue como se creó la raza de los Orcos. Maphr infundió el espíritu de la Tierra en la tercera forma. Así fue como se creó la raza de los Enanos.


Sayha infundió el espíritu del viento dentro de la cuarta forma. Así fue como la raza de las Arteia fue creada.


Gran Kain era el Dios de la Destrucción. Cuando vió el trabajo de Einhasad, se puso curiosamente celoso. Imitó a Einhasad y creó una forma de su propia imagen. Entonces fue a ver a Shilen, la mayor de sus hijas y le pidió infundir su espíritu en la forma. Shilen se sorprendió mucho y le contestó, "Padre, por qué quieres hacer semejante cosa?, Einhasad, mi madre, es responsable de la creación, por favor no codicies aquel trabajo que no es tuyo, una criatura que recibe la vida del Dios de la Destrucción solo ocasionará desastre"


Pero Gran Kain no se dió por vencido, tras mucho engatusar y persuadir, pudo conseguir finalmente el consentimiento de Shilen. "Lo haré pues, pero ya he entregado el espíritu del Agua a madre. Por lo tanto lo único que puedo darte son las sobras". Shilen entregó el estancado y corrupto espíritu del Agua a Gran Kain. Gran Kain lo aceptó gustosamente. A pesar de todo, Gran Kain sentía que no era suficiente el darle solo un espíritu a su criatura. Por lo que fue a ver a Paagrio, su hijo mayor, como Shilen, Paagrio tambien advirtió a Gran Kain. Pero no pudo negarse a su padre. Por lo tanto entregó el moribundo espíritu del Fuego a Gran Kain. Este lo aceptó con mucho gusto. Maphr tambien advirtió y suplicó a su padre con lágrimas en sus ojos pero terminó entregando el árido y contaminado espíritu de la Tierra a su padre.


Sayha, en su turno, dió a su padre el salvaje y violento espíritu del Viento. Satisfecho, Gran Kain tomó todo aquello que consiguió y gritó "Mirar la vida de las criaturas que estoy haciendo! Mirar lo que ha nacido con el espíritu del Agua, el espíritu del Fuego, el espíritu de la Tierra y el espíritu del Viento. Serán más fuertes y sabios que los Gigantes! ellos dominarán el mundo!.


Gran Kain gritó con gran orgullo a todo el mundo e infundió el espíritu dentro de la criatura de su propia imagen. A pesar de todo, el resultado fue terrible. Sus criaturas eran débiles, estúpidas, maliciosas y cobardes. Los otros dioses despreciaron las criaturas de Gran Kain. Para superar la vergüenza de su fallo, Gran Kain abandonó a sus criaturas y se escondió por un tiempo. Estas criaturas se llamaron Humanos. La raza de los Elfos era sabia y hábil para realizar la magia. Pero eran menos sabios que los Gigantes. Por lo tanto, los Gigantes permitieron que los Elfos les sirvieran en actividades políticas y en temas mágicos.


La raza de los Orcos era fuerte. Poseían una resistencia inagotable y una gran fuerza de voluntad. A pesar de todo, eran menos fuerte que los Gigantes. Por lo tanto, los Gigantes permitieron que los Orcos les sirvieran en la Guerra. La raza de los Enanos eran diestros. Eran buenos ingenieros, hábiles matemáticos y sobresalientes artesanos. Los Gigantes permitieron que les sirvieran en trabajos de banca y de fabricación. La alada raza de las Arteias era amante de la libertad y poseían una eterna curiosidad. Los Gigantes querían capturar y subyugar a las criaturas de vuelo libre, pero en cuanto una Arteia fue encerrada en una jaula, ésta perdió rápidamente su fuerza y murió. Los Gigantes fueron abandonados, pero permitieron a las Arteias volar libres. Así que las Arteias visitaban la ciudad de los Gigantes para traerles noticias de otras partes del mundo.


Los Humanos no podían hacer nada bien y así se hicieron esclavos de los Gigantes, haciendo todo tipo de trabajos. La Vida de los Humanos no era mucho mejor que la de los animales.

Capítulo 3 .La guerra de los dioses.

El gran Kain era un dios libre y desinhibido, pero cometió un gran error seduciendo a Shilen, su hija mayor. Llevaron su affair, evitando las miradas de Einhasad, hasta que Shilen quedó embarazada. Cuando Einhasad lo descubrió, se enfureció. Despojando a su hija de su condición de diosa del agua, Einhasad ordenó a Shilen que abandonara el continente. El Gran Kain le dio la espalda y Shilen fue abandonada a su suerte.

Estando embarazada, Shilen huyó al este. Y en medio de un profundo y oscuro bosque ella dio a luz, maldiciendo a Einhasad y al Gran Kain con cada dolor del parto.

Los bebés nacidos de los horribles dolores de Shilen y debido a la desesperación y la cólera de sus maldiciones se convirtieron en demonios. Entre ellos, los más fuertes fueron los llamados “dragones”.

Había un total de seis dragones, creados con maldiciones contra los seis dioses. Shilen se lleno de cólera hacia Einhasad que la expulsó, y hacia el Gran Kain que la sedujo y después abandonó. Apoyándose en la fuerza de sus niños, ella creó un ejercito para castigar a los dioses.

Había un total de seis dragones, creados con maldiciones contra los seis dioses. Shilen se lleno de cólera hacia Einhasad que la expulsó, y hacia el Gran Kain que la sedujo y después abandonó. Apoyándose en la fuerza de sus niños, ella creó un ejercito para castigar a los dioses.

A los dragones más fuertes se les ordenó estar al frente del ejercito de demonios para luchar contra los dioses. Al oír esto, Aulakiria, el dragón de la luz, mirando con ojos tristes a Shilen dijo:
"Madre, no sabe lo que está haciendo. ¿Usted realmente desea la destrucción eterna de los dioses? Realmente quiere que su padre, su madre y sus hermanos caigan a tierra en charcos de su propia sangre?".Sus súplicas no cambiaron los pensamientos de Shilen.

Al final los demonios invadieron el palacio donde vivían los dioses y comenzó una feroz batalla. Los seis dragones destruyeron por completo el palacio de los dioses. Incluso los dioses se sintieron intimidados por la increíble energía de los dragones. La batalla parecía destinada a durar para siempre. Y si la guerra no paraba, el mundo dejaría de existir y todas las cosas vivas serían aniquiladas.

Numerosos mensajeros de los dioses y demonios fueron destruidos o desaparecieron. Cada día había rayos y truenos pues las increíbles fuerzas chocaban violentamente en el cielo. Los gigantes y las otras criaturas vivas de la tierra temblaron mientras observaban la terrible lucha en el cielo.

La feroz batalla continuó durante varios años, y eventualmente el equilibrio se fue inclinando gradualmente hacia un lado. A pesar de sufrir muchas lesiones, Einhasad y el Gran Kain, tenían poderes más grandes y destruyeron a muchos demonios. Los dragones aguantaron la lucha, aunque tenían profundas heridas y estaban acribillados de cicatrices. Su fatiga llegó a ser más y más evidente. Después de una tiempo, pareció que la guerra acabaría con la exterminación del ejercito de Shilen. Al final los dragones abrieron sus alas y volaron a la tierra para escapar. Los demonios supervivientes les siguieron. Y aunque los dioses deseaban destruir a aquel ejercito que se retiraba, debido a sus lesiones todo lo que podían hacer era mirar como dragones y demonios partían.
Shilen no podía soportar su tristeza mientras sus niños fallecían uno a uno y perdían la guerra. Por eso inventó el Inframundo y gobernó sobre él.

Capítulo 4.La gran inundación.

Después de que Shilen se hubiera ido, Eva heredó la autoridad para gobernar sobre las aguas. Pero Eva era de naturaleza tímida y después de presenciar el terrible fallecimiento de su hermana mayor y la guerra entre los dioses, ella se volvió aún más temerosa. Para evitar la pesada responsabilidad que le correspondía, cavó un túnel en el fondo de un lago y se ocultó.
Sin una diosa que gobernara sobre ellos, los espíritus del agua se encontraron sin propósito y comenzaron a vagar sin rumbo. Un montón de agua se dirigió hacia un mismo lugar y formo un pantano. El agua no fluyó entonces en otro lugar y allí se formó un desierto. A menudo, partes del continente se hundían inesperadamente en el océano o una isla nueva aparecía repentinamente en medio de ninguna parte. En algunos lugares, llovió día y noche hasta que todo excepto las cimas de las montañas más altas se encontró sumergido.

Allí donde seguía habiendo cualquier pedazo de tierra sobre el agua, todas las criaturas vivas se reunían para preservar su vida y la tierra cayó en el pandemonium. Tanto en el continente como en el océano, todas las criaturas sufrían. En nombre de todas las criaturas vivas, los gigantes solicitaron ayuda a los dioses.

Einhasad y el Gran Kain buscaron por todas partes en el continente y finalmente encontraron el lago en el cual se ocultaba Eva.

"Eva, mira qué sucedió porque evitaste tu responsabilidad. Estás destruyendo la armonía de este continente que creamos con todos nuestros esfuerzos. No toleraré que continúes desobedeciéndome." Einhasad estaba tan enfurecida que sus ojos ardían brillantes como rugientes llamas.

Debido a las inundaciones, incontables gigantes y criaturas vivas partieron al mundo de Shilen. Esto hizo que Einhasad envidiara a Shilen. Temblando con miedo, Eva terminó de rendirse a su madre. Cuando Eva asumió su autoridad para controlar las aguas, los desastres cesaron gradualmente. Sin embargo, era imposible restaurar el continente que yacía en ruinas.

xxxxxx

© 2013 by Tareldar

.

  • w-facebook
  • w-tbird
  • w-googleplus
  • w-youtube
bottom of page